¿Alguna vez habéis pensado lo inteligente y curiosa que es la naturaleza? En este caso vamos a hablar de una historia de la granja que pasó hace cuatro años ya. La historia de una cabra o, mejor dicho, de un cabrito.
La cabra Miedica, viuda del boque Roque I, tuvo dos cabritillos. Ella, al no tener suficiente leche para amamantar a los dos, tuvo que rechazar a uno de ellos. Esto lo suelen hacer cuando saben por instinto que sólo pueden sacar adelante a uno, rechazando así al más débil.
Así que ahí se quedó solito y tumbado en la paja un chotico casi sin fuerzas y con cara tristona ¡teníamos que hacer algo! Mi hermana María lo cogió y se lo llevó a casa donde le dimos biberón y muchos mimos durante semanas. Pero esto no es todo, la perrita Chireta (a la que muchos conoceréis), ¡hizo de mamá! No veas lo gracioso que era verlos juntos acurrucados. Estuvieron tanto tiempo juntos que Peco parecía un perro; te seguía cuando ibas por la calle, jugaba con Chireta y volvían a casa juntos…
Chireta tiene mucho instinto maternal porque también «adoptó» hace un tiempo a una cerdita vietnamita, aquí tenéis un vídeo de cómo le daba de mamar a Dulcinea.
Ahora Peco y su hermano Roque II viven felizmente en la granja escuela. Peco guía con su cencerro a todas las cabras cuando salen a pastar y Roque II ha heredado el puesto de su padre como jefe del rebaño, con su cornamenta y sus barbas tan llamativas que hacen que sea irresistible para cualquier cabra.
Así que colorín, colorado, la historieta de hoy se ha terminado 🙂
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Gracias por leernos y muchos saludos,
B. Orduna Pérez
El Tío Carrascón