Como dice la frase «Después de los grandes momentos, siempre quedan recuerdos inolvidables«, seguramente (tú que lees) recuerdas algunos momentos de tu infancia con tus amigos; en el pueblo o en la playa, en el colegio o en el parque, que puedes revivir tan sólo cerrando los ojos.
Para mí la mayoría son en Cerveruela, recuerdo que de pequeña siempre nos íbamos a la «Cama del Cura» a merendar con las bicis y después allí improvisábamos historias y juegos. Pero no vamos a hablar de mí, quiero hablaros de los campamentos Granjearte, de los que guardo muchos recuerdos y anécdotas.
Por suerte, no soy la única que piensa en esos días de verano y sonríe al instante, estoy segura de que todos los niños y monitores que los han vivido sufren esa «sonrisa espontánea». Cada año y turno ha sido diferente; diferente por las personalidades de los niños, las edades, las actividades… Una semana que empezamos con nervios en el estómago, siendo desconocidos y tímidos (bueno, esto sólo algunos jeje) y acabamos siendo auténticos AMIGOS. Siempre recordaré la llorera de algunas chicas de Granjearte 2016 el penúltimo día de los campamentos porque se iban a acabar esos momentos de compartir y reír (al menos de esa semana).
“Para mí los campamentos son una actividad en la que puedes conocer a gente de otros pueblos o ciudades, de tu edad o diferente, es familiar, sobre todo con los monitores, en esa semana aprendes a convivir con diferentes personas, que tienen distintos gustos o aficiones que tú. Tienen variedad de actividades como por ejemplo hacer talleres, visitar a los animales de la granja y darles de comer, ginkanas por el pueblo y otras muchas. En los dos años que llevo participando en estos campamentos he disfrutado un montón, espero que este año 2017 me lo pase igual de bien o incluso mejor. ¡Nos vemos en Cerveruela!” Candela, 14 años.
Además de pasarlo muy bien aprendemos muchas cosas: los niños aprenden a convivir, a estar en un medio fuera de su zona habitual y con gente diferente, curiosidades, etc. Pero no sólo ellos aprenden, los monitores y todas las personas que trabajamos para que todo salga bien también aprendemos de cada experiencia. Suena típico, pero es así.
“En este campamento me lo he pasado muy bien y no he pensado nada en mis padres. Lo malo es que al irme me da mucha pena de lo bien que me lo he pasado. Aburrirme es lo único que no hago porque a cada hora hay una actividad. Ah, los monitores ¡¡¡divertidísimos!!! Y la comida ¡¡¡buenísima!!! Espero que vengáis y lo comprobéis. ANIMAROS.” Víctor, 11 años.
Aunque tenemos a varios repetidores, también hay niños que es la primera vez que van de campamentos y creo que es un sitio perfecto como primer contacto ya que están alojados en un albergue y el trato es muy cercano porque el grupo no es demasiado numeroso (unos 30 niños/as).
“En el campamento me lo pasé genial y me llamaban “el alpargata”. El animal que más me gustó fue el burro y también me gustó el juego de los sentidos. Y… ¡la comida fantástica!” Iván, 7 años.
Creo que las fotos hablan por sí solas, así que ya sabéis, este verano ¡Granjearte 2017! 😊
Beatriz – El Tío Carrascón
Gracias a Candela, Víctor e Iván por perder un ratito en redactar esas líneas sobre sus experiencias.